Tan solo es tiempo, medido en besos, caricias y sonrisas de otros. Reproches tras una pantalla que se antoja grande pero sigue siendo enorme, que ríe estrepitosamente y grita como si no hubiese un luego, un despúes o un silencio.
Y no, no me odies, son simplemente matemáticas, de las que sientes un poco y te devuelven el resto convertido en "x" (siempre ella tan eróticas).
Hoy, recuerda, la mierda huele, pero huele distinto cuando está mojada.
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