El mundo sigue inquieto en cada vuelta, en cada luz y en cada algo.
No es que tenga nada que decir, más bien lo contrario, pero este es un blog de moderneces y obviedades así que continúo con una cháchara metatranparente y übersexual. Sí, übersexual, ese concepto que quisieron poner de moda algunos imbéciles que iban de machitos y se afeitaban los huevos cuando se asoció el término metrosexual al colectivo homosexual y luego a gente rara (no duermo desde que dijeron que Aznar, sí, esa rubia con bigote, era uno de los iconos de la metrosexualidad europea, y quién lo dijo? Ni papa, algún inepto del Washinton Post que se ve que dejó a una becaria fea de contabilidad en la sección de cafetería y comiendose un croissan/cruasán/esa bolleria que tiene dos patitas cual cangrejo descubrió embelesada la esencia bigotil del tardío macho cantábrico del pirineo murciano, vale sí, no tiene lógica alguna pero esto es un paréntesis y se me va de las manos la información que en Él pongo, omg! he escrito él con mayúsculas, será este parentesis el elegido? Adorad al parentesis! es el nuevo Mesias!!).
En fin, después de este post con tanto sexual toca trasladarte la moraleja del dia, la mierda a veces se encuentra a tu alrededor y no te das cuenta. Pilla el bus y piensa cuantas señoras se estarán tirando un pedo mientras estás entrando... oh yeah!! It's magic!!
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